Una vez que tenemos localizada la avería y nos percatamos de que se encuentra en el llave de corte, procederemos a extraerla. Para ello necesitaremos una llave inglesa.
En primer lugar comenzaremos soltando el latiguillo de la llave ayudándonos de la llave inglesa para aflojar al principio. Después podremos desenroscar sin problemas empleando la mano y soltaremos el latiguillo que tenderá a curvarse. Posteriormente se desenroscará la llave de la conexión a la pared del mismo modo (empleando la llave inglesa al principio y después con la mano). Es necesario observar que la llave dispone de dos muecas planas para que la manipulación con la herramienta sea más sencilla.
Una vez quitada la llave de corte defectuosa se procederá a colocar la nueva. Para ello es necesario poner teflón o estopa en la conexión que va a la pared y se hará uso de las dos muecas mencionadas anteriormente para fijarla bien a la pared con la llave inglesa.
Esto se llevará a cabo siempre y cuando el deterioro afecte a toda la llave de corte, pero como indicamos en el artículo anterior, es posible que la avería se localice en el pomo simplemente.
Para comprobar si eso es así se probará a girar el pomo y ver si la llave responde o no. Si vemos que no funciona correctamente procederemos a retirar el pomo tirando de él y observaremos si su parte interior está rota. Además deberemos comprobar si la llave de corte funciona correctamente haciéndola girar con una llave fija del número 6. Si se observa que el agua sale y se corta dependiendo de cómo giremos la llave significa que la llave responde y puesto que normalmente no necesitamos hacer uso de ella, su reparación no será de urgencia, así que podrá esperar a que nos acerquemos a comprar un pomo nuevo.