El sifón del fregadero es el que une el fregadero con la tubería, tiene forma de L y es un tubo con un depósito enroscado, es lo que permite evitar los malos olores y también es donde se queda los restos de comida y otros sólidos que se cuelan por el fregadero.
La mayoría de ellos se pueden desmontar sin problema, simplemente se desenrosca con una llave y en pocos minutos estará suelto, se puede optar por cambiarlo por uno nuevo de las mismas características o habrá ocasiones en la que solo será necesario limpiarlo porque es el inicio de que nuestras tuberías se atasquen. Al cambiarlo por uno nuevo, el procedimiento es el siguiente:
- Los nuevos sifones vienen con juntas, estás nos servirán para unirlo a las tubería
- Una vez que se tiene unido el sifón con la tubería se echa silicona para reforzar la unión y que no se nos escape el agua u otras sustancias que se echen por el fregadero.
- Para unir el otro extremo con el fregadero se hace lo mismo.
Los sifones antiguos son más complicados, porque vienen soldados a la tubería o pegados. Por lo que quitarlo supone una tarea complicada. Primero porque nos va a resultar complicado encontrar un sifón de las mismas características y segundo porque realizar el cambio es complicado porque podemos romper la tubería. En los sifones que hay que soldar se deberán tener conocimientos para llevarlo a cabo y es posible que tengamos que llamar a un profesional para que realice la sustitución del sifón viejo por el nuevo.