Las plantas son elementos muy decorativos en cualquier casa, además de ser un elemento vistoso y estético nos permiten dar un toque natural a cualquier estancia de nuestro hogar. El problema es que no siempre sobreviven y uno de los errores más comunes es mantener la planta en la misma maceta en la que se ha adquirido, esta crece y no tiene espacio por lo que limita su bienestar llegando incluso a provocarla la muerte.
En este post voy a dar una serie de indicaciones para que el cambio sea lo menos agresivo posible para la planta.
- Tener los materiales necesarios que se van a utilizar, estrato, maceta, cuchillo, agua, y piedras pequeñas.
- Se coge la maceta donde se tiene la planta y se le da unos golpes suaves para que se despegue el cepellón de la maceta. Con el cuchillo se puede ahuecar para conseguir sacar el cepellón sin causarle problemas.
- En la maceta nueva se colocarán unas piedras en el fondo, de tamaño pequeño para que el agua sirva para drenar.
- Colocadas las piedras, se introduce el cepellón, antes de hacerlo podemos observar las raíces y desenredarlas.
- Se introduce el cepellón en la maceta y se rellena el espacio sobrante con sustrato.
Los cambios de maceta provocan estres en la planta, por lo que la primera semana después de trasplantar será necesario estar muy atentos, para que no la falte de nada, ni agua ni luz. Es importante dejarla en un sitio tranquilo en el que no haya excesivo ruido.